¿Qué es el turismo regenerativo?
El turismo regenerativo es un enfoque del turismo que va más allá de la simple sostenibilidad. Mientras que el turismo sostenible busca minimizar el impacto negativo en los destinos, el turismo regenerativo tiene como objetivo principal dejar los lugares visitados en mejores condiciones de las que se encontraron. De esta forma, implica devolver más de lo que se toma, creando un efecto positivo neto en los ecosistemas y las comunidades.
Características principales del turismo regenerativo.
- Reconexión con la naturaleza: promueve actividades que ayuden a la restauración de hábitats naturales y la protección de la biodiversidad.
- Participación activa de las comunidades locales: involucra a las comunidades locales en el diseño y la implementación de las experiencias turísticas, asegurando que éstas prácticas respeten sus valores culturales y aporten beneficios económicos directos.
- Desarrollo de resiliencia: busca fortalecer la capacidad de las comunidades y los ecosistemas para adaptarse y prosperar frente a los cambios y desafíos ambientales y sociales.
- Educación y conciencia: invita a los turistas a reflexionar sobre su impacto y a aprender sobre prácticas sostenibles y regenerativas.
- Economía circular: trata de fomentar un modelo económico que reduzca residuos, reutilice recursos y apoye a los negocios locales.
¿En qué se diferencia el turismo regenerativo del turismo sostenible?
Mientras que el turismo sostenible se enfoca directamente en evitar daños, el turismo regenerativo va un paso más allá y busca de manera activa la mejora (principalmente a través de la restauración de ecosistemas dañados, la protección de la biodiversidad y la revitalización de las comunidades locales).
De esta manera, el turismo regenerativo puede considerarse una evolución del turismo sostenible, con un enfoque más ambicioso en términos de transformación y legado. Mientras el turismo sostenible quiere garantizar que el turismo no cause un deterioro ambiental o social, el turismo regenerativo pretende generar un impacto positivo y una mejora de los destinos.
¿Cuáles son los beneficios del turismo regenerativo?
El turismo regenerativo ofrece gran cantidad de beneficios que impactan de manera positiva tanto en el medio ambiente como en comunidades locales y en los propios viajeros.
- Recuperación y mejora del medio ambiente: restaura ecosistemas, promueve la biodiversidad y el equilibrio ecológico, así como reduce la huella de carbono integrando prácticas sostenibles y regenerativas.
- Fortalecimiento de las comunidades locales: genera empleo y oportunidades económicas para los residentes, rescata y valora tradiciones culturales y sobre todo aumenta la calidad de vida de las personas que viven en esas zonas.
- Creación de destinos más resilientes: fortalece la capacidad de las comunidades y ecosistemas para adaptarse a cambios climáticos y demás desafíos y diversifica las fuentes de ingresos locales para reducir la dependencia de actividades extractivas.
- Experiencias más auténticas para los viajeros: fomenta un turismo más consciente donde los visitantes contribuyen al bienestar del lugar y ofrece experiencias únicas y educativas a través de la conexión de los viajeros con la naturaleza y la cultura local.
- Impacto positivo duradero: logra mejores condiciones de los destinos para las futuras generaciones e inspira a otros sectores para adoptar modelos regenerativos.
¿Cómo hacer turismo regenerativo?
Para poder practicar este tipo de turismo en el sector del alquiler vacacional, es fundamental la implicación tanto de los turistas como de los gestores de propiedades. Estas son algunas de las prácticas para que ambos puedan impulsar el turismo regenerativo.
Para turistas
– Elegir alojamientos sostenibles: optar por propiedades gestionadas por residentes locales o con prácticas ecológicas y buscar alojamientos que participen en proyectos de regeneración ambiental o comunitaria.
– Participar en actividades regenerativas: colaborar en iniciativas como la reforestación o la limpieza de playas entre otras e involucrarse en talleres culturales y apoyar a los artesanos locales.
– Reducir la huella ambiental durante su estancia: usar la energía y el agua de forma consciente en el alojamiento, priorizar el transporte sostenible, no dejar basura y no molestar la fauna son algunos ejemplos.
– Contribuir a la economía local: comprar productos locales, consumir en pequeños negocios, apoyar emprendimientos regionales y especialmente respetar las costumbres y tradiciones para promover la autenticidad.
– Comunica tu experiencia: compartir las experiencias positivas que ofrece el turismo regenerativo para animar a otros a viajar de manera responsable.
Para gestores de propiedades
– Implementar acciones regenerativas: integrar energías renovables, sistemas de reciclaje… y crear espacios que fomenten la biodiversidad como jardines autóctonos o techos verdes.
– Involucrar a las comunidades locales: contar con proveedores y trabajadores locales y colaborar con ONG’s y proyectos regenerativos del destino.
– Ofrecer experiencias turísticas regenerativas: proponer a los huéspedes actividades para restaurar y beneficiar el entorno; así como contar con material informativo que eduque a los turistas sobre el impacto regenerativo.
– Diseñar alojamientos en armonía: optar por materiales de construcción sostenibles y técnicas que respeten la naturaleza.
– Medir y comunicar el impacto positivo: calcular las mejoras ambientales y sociales generadas por las prácticas implementadas y compartir historias de éxito con los turistas para inspirarlos a replicar esas iniciativas.
– Certificar tu propiedad: obtener certificados que reconozcan dichos esfuerzos en sostenibilidad.
Ejemplos de turismo regenerativo.
Las prácticas regenerativas abarcan gran cantidad de acciones enfocadas en restaurar y mejorar ecosistemas, comunidades y recursos. En relación a la restauración ambiental, se incluye la reforestación, la restauración de suelos mediante técnicas como la agricultura regenerativa, y la limpieza de ecosistemas afectados por desechos.
También promueven la biodiversidad mediante jardines autóctonos, protección de fauna y reintroducción de especies. En el ámbito de los recursos, destacan la gestión eficiente del agua, el uso de energías renovables y construcciones sostenibles. A nivel comunitario, fomentan economías locales regenerativas, revitalización cultural y educación ambiental. En agricultura y alimentación, se prioriza la producción local, el compostaje y prácticas como la permacultura. Además, la gestión de residuos con iniciativas de reciclaje, economía circular y objetivos de cero desperdicio contribuyen a un entorno más limpio.
Por último, en términos del propio turismo, programas de voluntariado ambiental y la integración de comunidades locales en experiencias culturales fortalecen la sostenibilidad y el impacto positivo en los destinos.
Estas prácticas no solo minimizan el daño, sino que crean beneficios duraderos para el medio ambiente y las comunidades.

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